Del 24 al 26 de junio de 2022, se celebró nuestra asamblea de fin de año en la comunidad de Diébougou, viceprovincia de Burkina Faso, para hacer un balance del año pastoral y comunitario.
En sus palabras, nuestra viceprovinciala, Silvie Roamba, dio gracias al Señor, Maestro de la misión, por todo lo que nos ha permitido vivir a cada una de nosotras. Comenzamos nuestro año con la pregunta: ¿qué sería ella con sus incertidumbres? Pero también con esta convicción en las palabras de Cristo a sus discípulos: «Confien, ánimo, soy yo, no teman» (Mt 14,27). Durante nuestra asamblea, recibimos los informes anuales de las diferentes comunidades y también escuchamos el balance de los 25 años de nuestra presencia en Diébougou.
Al final de esta reseña, podríamos inclinarnos ante la sagrada historia de estas valientes mujeres, ante lo que han vivido día tras día durante 25 años. Nos conmovió la imprevisibilidad del Espíritu Santo que llevó a la instalación de las Hijas del Espíritu Santo en Burkina Faso, una instalación que se produjo por la fusión entre las hermanas de Nuestra Señora de Briouze y las Hijas del Espíritu Santo. Reconocemos también en esta experiencia de nuestras hermanas mayores el hecho de que supieron ser uno con el pueblo encarnando el carisma de Marie BALAVENNE y sus compañeras -las primeras Hijas del Espíritu Santo – en colaboración entre ellas y con los demás, en suelo burkinés. A nosotros nos corresponde hoy seguir escribiendo esta Historia encarnando siempre nuestros valores espirituales en medio de nuestros pueblos.
Al final de esta reseña, queremos dar las gracias a nuestra Viceprovincial y a su Consejo, y sobre todo a Dios por habernos permitido releer la experiencia de nuestras hermanas mayores de la diócesis de Diébougou: su apego a la persona de Jesucristo, su disponibilidad, su atención a los más desfavorecidos, su acogida, su espíritu de apertura y de colaboración y su sencillez nos marcan. Que estos valores espirituales que han vivido en comunidad y en su misión sigan estimulándonos en nuestra vida cotidiana.
Al final de las diversas revisiones y reflexiones, celebramos la presencia de nuestras dos hermanas nigerianas entre nosotros, las hermanas Mary Abodunrin y Juliet Idowu, que han sido llamadas a unirse a la Viceprovincia de Nigeria para otras misiones. Les agradecemos su disponibilidad para la misión de la Congregación y les deseamos lo mejor para el futuro.
Fue para cada uno de nosotros un tiempo de fraternidad, convivencia y risas. Gracias a cada una de las hermanas de la Viceprovincia por el testimonio de vida y la entrega en la misión. Que Cristo nos fortalezca siempre y bendiga nuestros diversos sacrificios para mayor gloria de Dios.
Felices fiestas a cada uno y sobre todo «Confianza, ánimo».
Escrito por las hermanas Clémentine Tapsoba y Odette Zongo. Publicado el 29/06/2022