Escuchar «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» es la propia expresión del Papa Francisco en su carta encíclica «Laudato Si'» (nº 49) de 2015, sobre la salvaguarda de la casa común.
Con esta idea en mente nos planteamos una vez más nuestra «Navidad Solidaria» con los niños del campo de desplazados de BOGO, una ciudad de la región del Extremo Norte de Camerún: esta región alberga a un gran número de desplazados internos, un estatus que se les asignó como resultado de acontecimientos desafortunados e imprevisibles… Varias familias se encuentran ahora en circunstancias precarias. Lo han perdido todo o lo han dejado todo atr
Así pues, una vez más, en un espíritu de solidaridad y generosidad, organizamos el ESPECIAL NAVIDAD SOLIDARIA, para más de 400 niños de los campamentos de desplazados -así como para otros de esta localidad- en el espíritu de la Navidad, sin discriminación alguna. Por tercer año consecutivo, organicé este evento con el apoyo financiero, material y espiritual de las Hijas del Espíritu Santo, la ayuda práctica de personas de buena voluntad y el firme compromiso del personal del Centro de Salud Privado Católico BOGO.
Este gran encuentro de compartir y de amor comenzó el 21 de diciembre y estuvo jalonado por una multitud de actividades: atletismo, bailes y ¡un gran torneo de fútbol! El evento finalizó el 23 de diciembre con una deslumbrante jornada cultural y la entrega de premios y regalos.
Una vez más, los niños del BOGO y muchos otros vivieron tres días de alegría, solidaridad, fraternidad, amor y descubrimiento de diferentes dones y talentos ¡inimaginables! Varias Hijas del Espíritu Santo vinieron a vivir y compartir con todos estos momentos de alegría. Para nosotras, estos actos se inscriben en nuestro compromiso de «escuchar el grito de los pobres, hacerlo nuestro y buscar con los demás un mundo más justo y fraterno para todos». (Regla de Vida: 18)
Que Dios, por medio de su Espíritu Santo, despierte siempre en todos nosotros su divina compasión por los más vulnerables, llevándoles cada día sonrisas, alegría y esperanza. Encomendamos al Señor a todas las personas que contribuyeron al éxito de este gran acontecimiento: ¡les damos infinitas gracias! Gracias también a toda la Congregación.
Marcelline ITETSHI, HES, Maroua-Camerún. Publicado el 16 de enero de 2024