El domingo 28 de abril de 2024, nosotras, las novicias de la Congregación de las Hijas del Espíritu Santo y de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, fuimos a visitar a las reclusas de la prisión central de la ciudad de Ngaoundéré, en Camerún. Conociendo sus difíciles condiciones de vida, esta visita pretendía ser un acto de compasión… gracias a nuestra privación cuaresmal 2024.
Varios días antes, nos informamos sobre los aspectos prácticos de la entrada en la cárcel. El domingo, participamos en una misa presidida por los propios presos y celebrada por el padre Aloys, misionero oblato de María Inmaculada y capellán de prisiones de la diócesis de Ngaoundéré. En su homilía, nos exhortó a mantener siempre la mirada fija en Cristo, a pesar de lo que podamos estar pasando, y a no olvidar nunca que el Señor siempre nos da
Tras la alegre celebración de la Eucaristía, cada uno de nosotros se presentó: su nombre, su nacionalidad y a qué se dedica. Justo después de la bendición final del padre Aloys, dimos a cada preso 3 trozos de jabón antiséptico; los enfermos y los que estaban cerca también recibieron algunos. A través de este gesto de atención y fraternidad, pudimos ver en los rostros de los prisioneros el sentimiento de ser considerados, apoyados y queridos a pesar de su situación y de su historia. Por nuestra parte, con su magnífico coro, continuamos la animación con canciones y bailes. Nos encantó ver en ellos una alegría de esperanza.
Al final de un día lleno de tantas emociones, volvimos a casa llenos de la alegría que habíamos dado y recibido. Estas oportunidades de atención y afecto dan a los internos un renovado entusiasmo por la vida y pueden ser una fuente de fuerza interior. Este momento quedará grabado en nuestra memoria como un momento de comunión con los más vulnerables. Que el Señor siga tocando nuestros corazones para que siempre nos sintamos interpelados por la vida de los demás.
Nina SOMḖ, novicia, para la comunidad del Noviciado del HES en NGAOUNDḖRḖ-Marza.
Publicado el 10 de mayo de 2024;