El sábado 19 de febrero del 2022, en Ile Blanche (Bretaña), una gran multitud se reunió para «recorrer un camino hacia la ecología integral», para vivir una jornada de trabajo, encuentro y puesta en común, a iniciativa de la Comunidad d’Ile Blanche.
Entre el centenar de participantes procedentes de diversas redes, asociaciones y movimientos vinculados a la l’ïle Blanche, estuvieron presentes las Hijas del Espíritu Santo: Ann Almodovar y Anne Marie Le Pabic, Philo Ac’h y Elisabeth Boudonnet, los miembros del Consejo Provincial ampliado, las Referentes de los Polos. El tema de este día es de especial interés para nosotras, ya que se hace eco directamente de las decisiones del último Capítulo General.
En primer lugar, hemos acogido los flashes sobre algunos proyectos de reconversión ecológica en curso o en estudio: – En Lannion: un tercer lugar de mezcla social y ecológica creado por iniciativa de la Misión de Francia. – En Saint Jacques de Guiclan, con los Padres de Haití, una reconversión ecológica de las tierras agrícolas. – En la «Ile Blanche», una remodelación del parque, en consonancia con la finalidad del albergue.
También escuchamos a los «Chrétiens en monde rural» (CMR), con su programa de remaillage bocage; a la «Communauté Vie chrétienne» (CVX), para la que la conversión ecológica está en el centro del proyecto del año; al «CCFD Terre solidaire», que aplica un programa de «Transición hacia una agroecología campesina al servicio de la soberanía alimentaria»; y, por último, a la Iglesia diocesana, que presenta la etiqueta «Iglesia verde», un medio implementado para ayudar a las comunidades cristianas a vivir la necesaria transición ecológica.
En la segunda parte de la mañana, Elena Lasida, economista y teóloga, nos adentró en lo que es la ecología integral, a la luz de Laudato Si. Fue una charla densa y fascinante, bien anclada en la realidad de la vida, de la que conservo algunos retazos:
«La ecología integral es una nueva creación que está naciendo, en los dolores del parto… Tenemos el privilegio de participar en este kairós, «este tiempo favorable» en el que debemos consentir una ruptura, una pérdida, una muerte, para que pueda nacer algo nuevo…; para volver a conectar lo que estaba separado… El punto central de la conversión ecológica es la relación, en sus cuatro dimensiones indisociables: relación con uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con Dios… La ecología es la ciencia de la relación. La conversión ecológica es la transformación de nuestra tierra en una «casa común» donde todos los seres vivos puedan vivir bien juntos. El problema no es producir más o menos, sino establecer una relación diferente con todos los seres vivos, renunciar al deseo de controlar el entorno.
La conversión ecológica se basa en tres principios: Todo está vinculado. Un cambio importante que hay que experimentar: la interdependencia; esto no es obvio en un mundo donde todo está separado… Todo está dado: la naturaleza no nos pertenece; estamos invitados a experimentar la gratuidad y la reciprocidad en todas nuestras relaciones… Todo es frágil: debemos aceptar esta fragilidad, no buscar necesariamente «reparar», para inventar algo nuevo, acoger lo desconocido, liberar la creatividad…
A la luz de estos tres principios, el ponente analizó de forma muy positiva las experiencias presentadas al principio de la mañana.
Para vivir la conversión ecológica, hay que privilegiar tres vínculos: un vínculo de comunión, pasando de lo colectivo a lo «común»; un vínculo de contemplación y celebración frente a la búsqueda de la utilidad; un vínculo de creación: dejar que surja algo que aún no conocemos, acoger lo que nos sucede. En contraposición a la planificación.
Después de un almuerzo frugal, acorde con el tema de la jornada, se nos invitó a unirnos a uno u otro de los ponentes de la mañana para dialogar, hacer preguntas…, antes de reunirnos de nuevo en talleres para discutir lo que nos había tocado en las presentaciones de la mañana y expresar nuestras preguntas y convicciones para ser llevadas a debate.
El último paso fue una revisión de las preguntas, convicciones, esperanzas, etc. que surgieron de los talleres, con la ayuda de Elena Lasida y Patrick Salaün, el moderador del día.
Algunos de los temas tratados: Reparar, reciclar, hacer que las cosas nuevas sucedan… Cómo hacer Iglesia de otra manera, la experiencia del Sínodo… El diálogo, único camino hacia la democracia real… La dinámica de la fragilidad… El vínculo entre justicia y ecología… La creatividad francesa y la relación con el fracaso y la experimentación… Ecología y política… La Convención Ciudadana del Clima y sus consecuencias concretas… Ecología y economía social y solidaria… Conversión ecológica y educación familiar..
Con un gran sentido pedagógico y de forma concreta, Elena Lasida desarrolló sus reflexiones y compartió su experiencia sobre cada uno de estos temas, en diálogo con los participantes.
Para concluir, el ponente invitó encarecidamente a seguir trabajando en red, moviéndose cada uno a la escucha del otro, con la convicción fundamental de que la conversión ecológica es ante todo una relación que hay que vivir, un cambio que hay que hacer…
La última palabra del día es para Thérèse Revault, iniciadora de la jornada con su comunidad. Thérèse expresó su alegría por este encuentro y manifestó su deseo de que la red puesta en marcha para ese día continúe, con la contribución de cada uno…
Y terminamos el día cantando juntos nuestra fe y esperanza, como habíamos hecho por la mañana:
«¡Vengan los cielos nuevos y la tierra nueva que tu bondad nos dará!»
¡Vengan los cielos nuevos y la tierra nueva donde habitará la justicia!»
Jeanne Le Roux, HES – 21 de febrero de 2022. Publicado el 21 febrero de 2022