Miércoles de Ceniza

«Hoy, no cerremos nuestro corazón, sino escuchemos la voz del Señor»
(Salmo 94)
En este día de Miércoles de Ceniza y comienzo de Cuaresma, abrámonos un poco más a la conversión ecológica. Se nos ha dado este tiempo para prepararnos a hacer «un corazón nuevo y una mente nueva» (Ezequiel 18,31) puede ser un buen momento para abrir nuestro corazón al por nuestros hermanos y hermanas, y por las demás criaturas que nos anime a cambiar nuestros hábitos. Este tiempo también puede ayudarnos a abrir nuestras mentes a una nueva comprensión de la crisis ecológica actual, y a una disposición a aceptar los retos que plantea a nuestras creencias y formas de hacer las cosas.

Perdón, ayuno y limosna
Los pasos a los que se invita a los cristianos durante este tiempo de Cuaresma se pueden dar en el espíritu de conversión al que nos invita el Papa Francisco en su encíclica Laudato si’
– Mediante el acto del perdón, podemos reconocer que no siempre desempeñamos el papel de guardianes de la creación al que estamos llamados, al tiempo que acogemos el amor del Dios de la misericordia.
– La tradición del ayuno puede unirse a la invitación a una feliz sobriedad, permitiéndonos experimentar una nueva libertad en relación con ciertos bienes o estilos de vida de los que nos creemos dependientes.
– La tradición de la limosna puede ayudarnos a escuchar el clamor de la tierra y el clamor de los pobres, empatizando con el sufrimiento de las personas y de las criaturas que sufren.

Historia del colibrí. Cuenta la leyenda que un día se produjo un gran incendio forestal. Todos los animales, aterrorizados y consternados, contemplaban impotentes la catástrofe. Sólo el pequeño colibrí estaba activo, recogiendo unas gotas con el pico para echarlas al fuego. Al cabo de un rato, el armadillo, molesto por aquella ridícula agitación, le dijo: «¡Colibrí! ¿Estás loco? No vas a apagar el fuego con esas gotas de agua!». Y el colibrí respondió: «Ya lo sé, pero estoy haciendo mi parte». Leyenda amerindia, contada por Pierre Rabhi, agroecólogo y gran sabio de nuestro siglo. Nosotros estamos invitados a poner nuestro granito de arena como el colibrí…

Oración. Dios todopoderoso, sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores, para que sembremos belleza y no contaminación o destrucción. Enséñanos a descubrir el valor de todo, a contemplar maravillados, a reconocer que estamos profundamente unidos a todas las criaturas en nuestro camino hacia la luz infinita. Laudato si’ – 246

Peregrinación de esperanza para la creación
Comisión Laudato si’ : Hna. Anne-Geneviève Guérin, France

Miembros del Comité : Janet LEWIS, EE.UU. – Coordinadora — Dympna CANNELLY, EIW — Anne-Geneviève GUERIN, Francia — Pascaline YAMEOGO, América Latina — Pascaline YAMEOGO, América Latina — Clémentine TAPSOBA, Burkina Faso — Delphine MAIGONI, Camerún — Justina AKUBO, Nigeria — Abiola ADIGBOLUJA, Consejo General.