En Burkina Faso, del 12 al 14 de julio de 2024, celebramos nuestra asamblea viceprovincial en la comunidad de Koudougou.
Nuestra asamblea constaba de dos partes esenciales: la revisión anual de la vida comunitaria y la formación económica.
La oración inicial del Consejo Viceprovincial nos introdujo en la llamada Asamblea Económica. El balance de las evaluaciones comunitarias nos hizo dar gracias a Dios por el esfuerzo de vida fraterna y la colaboración que han sostenido nuestra convivencia en comunidad y en viceprovincia. Nos conmovió la sencillez de vida y la flexibilidad de cada uno en un momento en que nuestro país sigue atravesando «una zona turbulenta». Tenemos que seguir esforzándonos en la misión, contando con la gracia de Dios, dejándonos llevar por las reconfortantes palabras de Jesús a sus Discípulos: «¡Ánimo! ¡Tened confianza! No tengáis miedo…».
Hermana Catherine GBEDELO, Superiora General del Institut des Filles de Notre-Dame de l’Inculturation, formada como ecónoma y experta en planificación, compartió con nosotras sus experiencias como mujer africana y religiosa. Nos desafió a ser mujeres más realistas que viven de acuerdo con nuestra opción de vida. Nos animó a tomar nuestras propias resoluciones para vivir con el sudor de nuestra frente. «¿Cómo se las arreglan los padres con sus sueldos para que sus hijos no se vayan a la cama con hambre?» Desde hace varios años nuestro mundo atraviesa crisis económicas, y de cualquier manera, directa o indirecta, nos hemos visto afectados: ¡nuestra congregación conoce los inconvenientes de estas crisis! ¿Vamos a cruzarnos de brazos y depender unos de otros sólo para nuestras necesidades viceprovinciales? «No os desconectéis de lo que vuestras fundadoras y primeras hermanas vivieron en el pasado», insistió, animándonos a ser no sólo mujeres africanas, sino también y sobre todo mujeres cristianas y religiosas, a vivir nuestros esfuerzos en obediencia y en línea con nuestro carisma. «Si no sabemos a dónde vamos, sepamos al menos de dónde venimos y vivamos como hijas de María BALAVENNE, responsables unas de otras y también responsables de la vitalidad de nuestro carisma». Fue un momento de verdadero despertar de nuestra conciencia para reconocer lo que la congregación hace para proveer a nuestras necesidades, y para tomar la decisión que nos corresponde: la responsabilidad de asegurarnos de tender una mano para dar y otra para recibir; esto nos hace más responsables.
Tras las invitaciones, la sensibilización y los ánimos, las hermanas de la viceprovincia despidieron a la hermana Juliana OLIVER que, tras dos años de misión en Burkina Faso, regresa a Nigeria.
Era el momento propicio para que la hermana Silvie ROAMBA, viceprovincial, entregara las obediencias a las hermanas que cambian de comunidad y de misión.
La asamblea se vivió en un espíritu de escucha y fraternidad, y damos gracias a Dios por su Espíritu que nos precede e inspira.
Hermana Edith YAMEOGO. Publicado el 19 de julio de 2024