Vida Religiosa, Centinela de Esperanza

La Vida Religiosa de América Latina y el Caribe se Reúne en Córdoba (Argentina) el 22 hasta 24 de noviembre, para reflexionar y compartir las Esperanzas que fortalecen el caminar de Vida Religiosa y las desesperanzas que interpelan la vocación de Ser” Centinelas de Esperanza”. Con más de 1.000 religiosas/os cuja 400 participantes presenciales y 600 de manera virtual, comenzó el V Congreso organizada por la CLAR (Confederación Latinoamericana de Religiosos), con el apoyo de CONFAR (Conferencia de Religiosas/os de Argentina) en modalidad hibrida.

El Congreso inicio con un momento orante-artístico, animado por la CONFAR, que situó a los participantes en un espíritu de peregrinación, con el pueblo, con la Esperanza como palabra clave. En el marco de la culminación de la segunda sesión del sínodo de la sínodalidad y a las puertas del año Jubilar de Esperanza.  durante estos tres días nos fuimos poco a poco dejándonos guiar y iluminar por el Espíritu Santo a través de los diferentes ponientes, en un profundo reflexión sobre la situación actual del mundo y a ser respuestas ante la incertidumbre y las crisis que afectan la vida religiosa.
Reconocíamos el panorama sombrío de los tiempos:  un “paisaje incierto”, “tiempos convulsionados e insostenibles”, y “estructuras inestables” que desestabilizan a los pueblos. También reconocíamos que nuestra condición de Centinelas de Esperanza es ineludible e impostergable, sin esperanza solo vemos piedras. La esperanza tiene resquicios que nos hace ver más allá, dialogar con el futuro, crear una atmosfera de reconciliación, ofrecer señales e indicadores, brindando sentido y orientación a nuestro caminar juntos. También hemos reflexionado sobre las reducciones que cada Congregación está viviendo: la escasez de personal y el envejecimiento, los cierres de comunidades, la falta de vocación…etc.  En medio de estos desafíos, surgió una pregunta: ¿puede este contexto de reducción ser un espacio para emerger la esperanza?

El Padre Fernando planteó que es necesaria una reflexión constante sobre el proceso de reducción. No se trata soló de reducirse, sino de hacerlo de manera estratégica, renovando la misión y volviendo a lo esencial para reafirmar la identidad y la pertenencia dentro de la Congregaciones :  a abrir puertas de nos casas, comunidades, Iglesias, a llevar nos Carismas adelante para seguir siendo luces de Esperanzas para nuestro mundo.

Fueron momentos intensos de reflexiones, de escucha, de fraternidad, de compartir de lo que cada Congregación está viviendo y haciendo para seguir soñando y generando Vidas, seguir creyendo que caminamos al ritmo del Espíritu. Con la alegría renovada y la esperanza confirmada, nos fuimos dándonos los abrazos de sororidad/fraternidad y los saludos de despedidas y fuerzas para continuar el camino.

Hermana Pascaline YAMEOGO – Perú. Publicado el 26 de noviembre de 2024